Superando la cuesta de Enero

Año nuevo, subida de impuestos nueva. Este 2013 va a ser un año muy duro. La tradicional cuesta de Enero va a ser especialmente empinada.

Con casi seis millones de parados, recortes de sueldos tanto en el sector público como en el privado y la desconfianza total de que las cosas van a mejorar en el corto plazo, los afortunados que cuentan con trabajo intenta reducir al máximo sus gastos.

Esto nos lleva a una espiral mortal. Si la gente no consume los comercios no venden y si estos no venden cierran y aumenta el paro lo que realimenta el «NO CONSUMO»… Pero este no es el tema de este artículo. Después de la Navidad la economía familiar llega muy tocada a este fatídico mes. Comidas especiales, regalos, cenas de celebración… son gastos extraordinarios que pueden con cualquier bolsillo y más en estos momentos.

Dicen que han sido las Navidades más austeras, pero aún así es la época del año que más se incrementan los gastos. De nuestro libro «Al diablo con la crisis» se pueden obtener muchas ideas para que esta cuesta de Enero sea menos dolorosa, aquí explicaremos algunas de ellas y otras muy concretas para estos días:

– Pensar antes de comprar. En Navidad hay muchas cosas que se compran por impulso, siempre es bueno pararse a pensar un minuto las ventajas que nos aportará la compra de cualquier producto. Si tras ese minuto no hemos encontrado razones de peso que apoyen nuestra decisión de compra la respuesta es bien clara, NO COMPRARLO.

– Si el producto a adquirir tiene un coste importante, hablamos de televisores, móviles… el minuto debería sustituirse por dos días. En esos dos días de «reflexión» nos daremos cuenta si realmente necesitamos desembolsar esa cantidad de dinero. Si podemos vivir dos días sin ese producto, posiblemente podamos vivir sin él.

– Aprovechar la rebajas de verdad. No todo lo que parece un chollo lo es. Yo puedo poner en una etiqueta que el producto antes valía 99 euros y ahora cuesta 50. A simple vista parece una ganga pero hay que tener en cuenta varios aspectos: ¿hemos verificado en persona que antes de las rebajas ese producto estaba al precio indicado? Aún estando al precio indicado, un chollo se puede convertir en una mala inversión si realmente no se necesita el objeto. Si yo no necesito una nueva televisión, por mucho que me la rebajen, si «pico» y la compro, estaré realizando una compra innecesaria.

– No ir de compras con el estómago vacío.

– Comparar precios entre los distintos establecimientos, en algunos casos varían dentro de la misma cadena.

– Esperar a ofertas estrella, como el día sin IVA, para adquirir cosas que no nos corren prisa…

Si quieres descubrir más ideas te esperamos en nuestro libro.

 

 

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